Qué bien que sienta levantarse oyendo el mar, las olas rompiendo contra la arena una y otra vez, no se cansan.
Qué bien que sienta desayunar oyendo el mar, las olas rompiendo contra la arena una y otra vez, no se cansan.
Sé que debo de aprovechar al máximo estos días porque hasta dentro de un año no volverá a pasar...
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