jueves, 4 de noviembre de 2010

Por la mañana

Cómo cuesta levantarse por la mañana, y es que con lo agustito y calentito que se está en la cama el simple hecho de destaparte para levantarte, ufff, ¡qué frío!!!; acto seguido, cuando decides levantarte, uno va a mear con todas las legañas que no puedes ni abrir los ojos, pero vas aunque sea chocándote con las paredes. Meas, te quitas las odiosas legañas, sonries ante el espejo y te vas a desayunar.

¡Buen día!!!!

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